Vienen curvas, baches, rectas,
calor, frío, hambre, sed, sueño,
vida, no vida y hasta casetas!
No importan los desconocidos menesteres,
infortunios o fortunios de cualquier tipo
importa tomar el volante,
acelerar, frenar y saber cuando retroceder,
-a veces hay que retroceder-
Imperante es sobre todo,
tomar la ruta correcta,
la que me traerá siempre: de vuelta a casa
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