A mis hijas, Diana & Danaí:
Que mi beso al darles los dulces sueños, sea un millón de bendiciones.
Que mis voz al llamarles las cobije.
Que el alimento que les doy, nutra su cuerpo y alma.
Que todo lo que las pienso se convierta en amor para sus vidas.
Que cada dirección de Papá y mía corrija sus caminos.
Que cada sonrisa al verlas, sea aliento en sus problemas.
Que cada deseo por su bienestar, sea paz para sus dudas.
Que todo lo que las quiero y amo día a día, todo eso, lo guarden para crecer su fortaleza ante la vida.
Que cada vez que las tomo de la mano o las abrazo y acaricio, que sea alivio, que sea remanso, que sea libertad para sus penas.
Que cada célula de mi ser trabaje para la luz, para su luz, para la luz de todos.
Que en esta vida y las siguientes sigamos unidas, envueltas en el sol de Dios junto a su padre, mi esposo.
Porque son amadas hasta el tuenano, amadas mil veces por cada cabello en el mundo incluyendo lo peludo de las pestañas y cada follaje animal y hasta lo multiplicado del pasto, así las amo.
En nombre del amor, del Padre-Madre de todos, en nombre del respeto hacía mis padres y hacía todos los padres del mundo, las bendigo para siempre mis hijitas, así como Dios mismo, me bendice a mí.
Gracias por darme la eterna fortuna de pertenecernos.
P.D. Dios bendiga a los padres hermosos, que me pidieron este texto para leerlo en el festejo de sus 25 años de matrimonio, son ejemplo a seguir... gracias. Que mis palabras sirvan a quien las necesite!! :)
